Ah no mujer, esta vez me toca decir las cosas
ya es tiempo que calles y serena escuches
sin sobresaltos
paciente, atenta
tan solo escucha
porque han sido equivocas tus palabras
me achacas todos tus fracasos y penas
Pregonas que no te entiendo
mientras navego entre tus celos
mujer; no sabes de mis desvelos,
al cielo una y mil velas enciendo
para saber que estás sintiendo.
No sabes de mis tribulaciones
eres un mar de contradicciones
que gustoso capoteo valiente,
en silencio, no soy elocuente
porque mías, son tus aflicciones
¿no sabes cuanto te adoro?
¡ay! lloro
que a mi el cielo acuda
si dudas
no merezco un trato así
¡ay de mi!
¿tan poco soy para ti?
siento que murió tu amor
en ti ya solo hay rencor
¡ay!lloro si dudas ¡ay de mi!
1 comentario:
Hola Carlos, aunque ya he leído este encanto de poema en el Mono, con el que he disfrutado de esas cosas cotidianas que tiene la vida, vengo a darte las gracias por tu amable visita que me ilusiona mucho.
Me ha gustado cantidad este poema amigo, y el ovillejo del final está genial.
Un gran abrazo.
Publicar un comentario