¨Es la hora en que el labriego
Al resonar del ángelus el toque
Adiós que dice al moribundo día
La campana bronca,
En su casita blanca, a lento paso
Humilde se recoge
Es hora que en las nubes del
poniente
De fuego orlan las tardes
…¨
José asunción Silva
__ ¡Orden! Orden en la sala o la
hago desalojar_ sentenciaba el presidente del senado azotando violentamente un
pequeño mazo, esperó a que se calmaran los ánimos y dijo;
__ Tiene la palabra el honorable senador Azaña, luego de
su intervención se procederá a votar la proposición sobre la ley de subsidios_
El senador Azaña se puso detrás del micrófono y comenzó
su alegato final;
__Muchas gracias señor presidente; honorables senadores
de mi partido y los de la oposición, ya es mucho lo que nos hemos desgastado en
discusiones, manipulaciones, componendas, con el pretexto de siempre buscar lo
mejor para la patria… ¡basura! No hemos hecho nada por aquellos ingenuos de
gran corazón e inquebrantable voluntad que cada cuatro años vuelven y nos traen
a este lugar, no soy tan tonto como para pensar que este proyecto de ley sea lo
mejor, que este proyecto solucione todas las necesidades de nuestros
compatriotas más humildes, pero señoras y señores; estamos en mora de retribuirles
una ínfima parte de todo aquello que la nación les ha quitado… ¡sí! La nación
les ha robado su bienestar a causa de colosales cargas impositivas, es hora que
aprobemos la ley de subsidios así sea solo para calmar los ánimos de las
multitudes que cada vez tienen menos paciencia, voten si, así sea para aplacar
la furia contenida, aprobémosla ahora, así en dos años esté olvidada y
sepultada gracias a la memoria precaria de nuestro pueblo…por lo menos tengamos
la decencia de darles una esperanza, inútil, virtual, pero al fin y al cabo,
una esperanza, eso es todo, muchas gracias.
Salió del recinto en medio de un atronador aplauso, acto
seguido, se realizó la votación que fue aprobada, esa fue su última
intervención en el senado y su último logro político
Quince días después
Estaba
sentado frente a la parada de los buses,
mezclado entre los pensionados y desempleados aquella mañana de julio,
los vendedores de helados hacían sonar
las campanillas de sus carritos, el sol ya comenzaba a causar estragos por el
calor sofocante, los enormes buses azules paraban juiciosos y la gente subía y
bajaba De ellos, el solo miraba sin fijarse en nada, sus pensamientos estaban
mas allá del tiempo y la distancia, si no cambiara de posición sus piernas,
cualquier transeúnte creería que estaba muerto y atornillado a esa banca, el
solo pensaba en las cosas que habían ocurrido no hace mucho pero que habían
marcado su vida para siempre.
Recordaba
aquellos primeros días donde todo resultó de acuerdo a lo que había planeado y
que gracias a su tesón y férrea disciplina había llevado a cabo, de sus
bolsillos sacó aquella fotografía donde estaban sus mayores logros, una familia
feliz y perfecta, luego de sonreírle a la
nostalgia, arrugo la fotografía y la arrojo a la primer canastilla de
basura que encontró, como si con eso
hiciera un entierro de pésima categoría exclamó;
__ Así
debieron terminar las cosas, así debieron terminar estos recuerdos que se
resisten a salir de mi corazón de una vez y para siempre, en un basurero,
mezclados con los desechos de gente anónima, hasta nunca recuerdos gratos pero
dolorosos, este es el final de nuestro camino a veces tortuoso, a veces
glorioso, no fue placentero al final haberlos tenido.
Luego,
caminó decidido hacia el cruce rápido de los buses, instantes después, el
bullicio y un colosal choque de vehículos alteró la monótona mañana que se
lleno de curiosos y el reportero grafico de un diario sensacionalista tomaba
las primeras fotografías.
Mientras en la
sala de urgencias atendían laboriosamente a los cerca de 30 heridos y contusos,
todavía en el pavimento de aquel cruce quedaba el cuerpo semi destrozado del
anónimo suicida, los peritos de medicina legal reunían toda la información
posible para identificarlo, no poseía documento alguno, pero el reportero sabía
perfectamente de quien se trataba;
__ El
distinguido doctor Azaña, estoy seguro que es el, apuesto mi prestigio si no es
el._ decía sin dejar de tomar fotografías mientras las autoridades hacían su
trabajo, solo dos horas después, una ambulancia se llevo el cuerpo y le dejo a
las autoridades de tránsito el embrollo de los cinco vehículos chocados, el
cadáver se quedaba con una sonrisa de esas que denotan plenitud, satisfacción
con el deber cumplido, después de todo según los pensamientos del doctor Azaña
en los últimos días solo lo conducían a ese trágico y nada silencioso final,
muy contrario a lo que predicó y aplicó durante toda su vida, un final nada
decoroso para su exitosa y ejemplar existencia, donde muy pocos sabían el cruel
tormento emocional que lo acongojaba.
A la mañana siguiente, el titular de aquel diario
sensacionalista publicaba en primera plana la fotografía del choque donde se
veía claramente el rostro del cadáver y un titular que decía;
EL SUICIDIO DEL DOCTOR AZAÑA DEJA 30 HERIDOS GRAVES.
II
Mientras los noticieros dedicaban gran parte de su tiempo a
las venturas y desventuras de el doctor Mauricio Azaña, senador, gran
empresario, prestigioso hombre de leyes, un batallón de abogados hacían
tramitar lo más rápido posible el proceso para que la honras fúnebres se
llevaran a cabo como un hombre de su prestigio lo merecía, sus hijos y nietos
acompañaban a la viuda que todos querían saludar, las campanas de la catedral
repicaron de manera especial y exclusiva para él, después de todo, el obispo
era su hermano.
Diana Amórtegui, la viuda acongojada, entre sollozos y
lagrimas, relataba algunas cosas sobre su esposo que como siempre, cumplían la
regla¨; ¨ningún muerto es malo¨
__ ¨Mauricio fue un excelente esposo,
excelente padre, nos conocimos a los quince años, fue en mi fiesta, ¡que guapo
era! sobre todo cuando llego con ese uniforme de la escuela de cadetes, parecía
todo un general, eso fue amor a primer baile, cuando se decidió a cortejarme
no dudó en pararse frente a mi padre,
quien le impuso mil y una condición, pero Mauricio no se dejo intimidar, cuando
supo mi padre que los Azaña eran una familia extranjera, con recursos boyantes
y bien habidos, comenzó a ceder un poco… Mauricio no fue militar, solo lo hizo
por el prestigio de ser un estudiante graduado en la milicia… también lo hizo
para evitar el servicio militar como simple soldado, luego entro a la
universidad, a estudiar derecho y economía, nunca supe como lo hizo pero se
graduó de las dos, yo fui de las primeras mujeres en estudiar medicina en este
país, eso fue gracias a las influencias de mi suegro, fueron los mejores años
de mi vida, tuve todo y mas para lo que se esperaba de una joven mujer como yo:
Educación, viajes, diversiones, lujos … y mucho sexo con Mauricio, como
profesional llegue a ser la mejor, eso se lo debo a él, lo que ocurrió después
de 25 años de feliz matrimonio fue solo culpa de el … no me miren así, fue su
culpa y solo de él, cuando se entregó de lleno a la carrera política y se puso
a viajar con sus jefes políticos por todos lados, cuando fue electo senador
allí fue cuando dejaba de verlo durante largos meses… no me mires así Juliana:
Cuando te cases tarde o temprano sabrás el tedio que se siente con esas largas ausencias, por mucho
que lo ames, por mucho que tu cuerpo y alma estén consagrados solo para el
porqué es quien te da felicidad completa, llega el momento que necesitas algo más,
porque cuando tengas los años que tengo ahora te vas a dar cuenta que son los
mejores años de tu vida, son los mejores tiempos de pasión, es el mejor momento
para el amor sin trabas… y tú tienes un marido que solo te atiende por
compromiso, por rutina o por un gran sentimiento de culpa… ¿Qué si me
arrepentí? no, fueron momentos maravillosos, mucho más intensos que los vividos
con tu padre… porque solo éramos dos jóvenes que no conocieron mas amores… ¡claro que lo amaba!
le di tres hijos, estuve con él aún en sus peores momentos, ¡claro que lo
amaba! fue y será el único hombre en mi vida, eso nunca lo puedes poner en
duda, la única culpa que tengo en este asunto de mi infidelidad es que no me
arrepentiré jamás de haberlo hecho, lo que pienses de ahora en adelante sobre
este asunto Juliana, me tiene sin cuidado alguno.¨
III
El cortejo fúnebre del doctor Azaña
era tan grande como el de un ex presidente o un rey, `por capricho de sus hijas
llevaron el féretro en un coche de caballos, solo porque les pareció que eso
era lo más apropiado para su estrato y cualidades humanas, dos briosos
percherones negros especialmente peinados para la ocasión, el cochero parecía más
un general de la independencia que otra cosa, detrás de él venían en lujosos
vehículos, luego, a tres metros de estos, estaba marchando una multitud
agradecida con el difunto, se podían contar por cientos, todos anónimos
ciudadanos de estratos bajos a los cuales había favorecido en los últimos años
como congresista, los encopetados colegas del doctor Azaña hubieran preferido
no toparse con ellos pero allí estaban, a sus espaldas.
En el más lujoso de los
vehículos, el sr presidente venía dando instrucciones a sus ministros del
despacho.
__ Debemos hacer todo lo posible para
desmontar todo ese embeleco de los subsidios a los más pobres que nos monto el
desaparecido doctor Azaña, eso solo nos trae problemas financieros con los
inversionistas extranjeros, eso de compartir las ganancias prometidas no les
gusta mucho, que no se note demasiado pronto, debe parecer que fue una
necesidad para salvar el proyecto, que esto no salga de nosotros, ¿está claro?
__ Si señor presidente, de hecho ya
tenemos en marcha unas maniobras para que no se note, que si algo revienta de
escándalo, que sea para el gobierno siguiente esa papa caliente.
__ Muy bien, terminemos con esto de
una vez, por fortuna la chusma no va a entrar al cementerio. No sé cómo he
podido gobernar esta nación de llorones y pedigüeños.
Lejos estuvo el desaparecido e
ilustre doctor Azaña de su premonición final, se quedaba corto ante la
desmedida ambición de los poderosos intereses criollos y foráneos que se
opusieron siempre al ahora legado póstumo, miles de hectáreas de tierras
cultivables para los más pobres campesinos, generosos subsidios y mucho mas, el
había presupuestado que el proyecto duraría a lo sumo uno o dos años… pero
ahora con las oscuras intenciones presidenciales, no duraría si quiera tres
meses.
Mientras el obispo presidia la
solemne ceremonia, los pobres agradecidos, seguían todo a través de las
colosales pantallas que fueron habilitadas, otros millones de compatriotas
estaban petrificados frente al televisor, las abuelitas repetían en coro las
oraciones en latín, como estuvieron acostumbradas por muchos años y que jamás
entendieron que les decían, al terminar la ceremonia, un selecto grupo de
caballeros escogidos por las hijas y ataviados a la usanza victoriana, llevaron
el féretro hacia el mausoleo familiar, los reporteros publicaron al otro día
que hubo llanto nacional, que no había acontecido tal cosa desde… tiempos
inmemoriales.
Tan solo el peluquero del pueblo
natal del desaparecido Azaña, prefirió reírse antes que llorar como una
plañidera, él sabía muy bien cómo eran las cosas y que todo eso que mostraban
por televisión solo era un costoso montaje del mas pésimo gusto.
El inspector de policía del pueblo le
pregunto con curiosidad;
__Guillermo, ¿Por qué te ríes de los
funerales de tu hermano? ¿Acaso le tenias envidia?
__Todo lo contrario, Mauricio siempre
fue el mejor de los hermanos, mil veces me ofreció su ayuda generosa, mil veces
me ofreció puestos en el estado, y mil veces le dije que no, que con mis
tijeras, mi vieja silla y la navaja Alemana que compre con tantos sacrificios,
me bastaría para salir adelante y educar a mis hijos, usted mejor que nadie
sabe qué clase de varón era Mauricio, fueron juntos a la escuela, fueron juntos
a la universidad, usted hizo economía y el derecho, me rio de toda esa basura
que pasaron por televisión, funeral de rey, con toda la pompa, banderas a media
asta… ¡pura basura! ¿Acaso no se acuerda cuando venía de vacaciones?
__Si Guillermo, su rostro recuperaba esa
alegría juvenil que le quitaba su carrera política, era otro muy distinto
cuando paseaba con las niñas por todas las veredas, tienes toda la razón, eso
da risa, mucha risa… tengo una duda, ¿Por qué siempre votabas por el partido
contrario al de tu hermano?
El peluquero lo miro un instante y se
puso a reír, luego se sentó en la silla y dijo;
__Porque él me lo pidió, siempre me
decía que quería tener por lo menos un voto en contra aquí, en su pueblo natal,
cuando mis hijas tuvieron la edad, votaron siempre por él, así mismo mis hijos,
no necesitaba convencerlos, como ve sr comisario, lloro en silencio y en la
intimidad de mi hogar por la memoria de mi hermano, como debe ser.
El comisario respiro profundo y se
dispuso a salir de la barbería, se detuvo y se giro hacia el peluquero
__Guillermo, tu y yo nos conocemos
desde la infancia, nunca me has tratado mas allá de lo convencional, aun en
tantos años de ser vecinos, me tratas de señor, ¿acaso te hice algo?
___ De ninguna manera, recuerde señor
comisario que su hijo es el esposo de una de mis hijas, ese muchacho es todo un
caballero como usted, es por eso que mi trato hacia usted siempre será de
respeto, sabe que cuenta conmigo para lo que necesite, eso sí, plata no tengo,
me la pase toda la vida rechazando la que Mauricio me ofrecía… señor comisario,
¿porque no vamos a la cantina y nos tomamos una cerveza a su memoria?
__Me parece bien, la ocasión lo
amerita, eso sí; yo invito
__ Acepto, vamos señor
comisario.
Desde la mesa más próxima a la calle
se divisaban las montañas, el atardecer era la hora favorita del difunto,
siempre que estaba en el pueblo se sentaba solo o acompañado frente a ellas
solo para ver el más hermoso de los espectáculos que la naturaleza podía
brindarle a sus ojos, cuando llegaba el crepúsculo, Mauricio Azaña era tan
feliz como un jovencito enamorado
__Apenas hace diez días estuvo aquí
mismo, ¿lo recuerdas Guillermo?
__Como si fuera hoy señor comisario,
como si fuera hoy,
__Para el este momento era el mejor
de todos, se reía como un joven arreglándose para ir a ver a su enamorada.
IV
Tan solo un mes después de los
funerales, el abogado de toda la vida del difunto, comenzó a repartir las
notificaciones para leer la última voluntad, como era de esperarse, los hijos y
la viuda regresaron al país para tomar posesión de todos los bienes, eso era lo
más lógico y esperado, con lo que no contaban era con la presencia de el
peluquero de ese ínfimo pueblucho como lo llamaban sus hijas, tampoco con la
presencia del comisario, intimo amigo y padrino de la mayor de las hijas,
después de los funerales, la relación entre los Azaña no era la mejor, el
peluquero era considerado como el de esconder por no tener el refinamiento
requerido en la alta sociedad, la viuda dijo en voz baja a una de sus hijas;
__Estoy segura que va a malgastar lo
que le ha legado Mauricio en esas escuálidas hijas que tiene… si es que acepta
claro, toda la vida Mauricio quiso que fuera de mejor prestancia, prefirió
quedarse como el vulgar peluquero que ha sido toda la vida. __ ¿Que hace aquí
mi padrino?_ pregunto la hija mayor
__Quien sabe, de ese sí que hay que
temer, ese sabe bien cuanto dinero y propiedades dejo tu padre, lástima que ese
joven apuesto que tiene por hijo se dejo engatusar por la hija mas desgarbada de ese peluquero,
debiste conquistarlo como te dije, ahora están viviendo en París.
__Pero es tan simplón mamá, es un
idiota que solo piensa en los dichosos pinceles, ¡que aburrido!
__Baja el tono, que no te oigan,
después de todo estos pueblerinos tienen unos oídos muy agudos… aburrido y todo
es millonario, tiene una enorme mansión en las vecindades de los campos
elíseos… tus hijos serian franceses… eres una idiota.
El abogado entro con el notario,
luego de verificar la presencia de todos los notificados, dijo brevemente;
__El señor notario va a leer la última
voluntad de el señor Mauricio Azaña, les recomiendo que tengan paciencia porque
es un documento de varias páginas, proceda señor notario:
Se acomodo los finos anteojos y
comenzó;
___ ¨Yo, Mauricio Azaña y Gómez,
natural de Peñas Blancas y mayor de edad, estando en total uso de mis
facultades físicas y mentales deseo expresar lo siguiente:
Al termino de mis días en este mundo
cruel y hermoso a la vez, agobiado por sucesos recientes y que dejaron una
profunda herida en mi corazón, hubiera querido desbaratar primero todo lo que
hice durante toda mi vida, si hubiera sabido que las traiciones, las
decepciones, los desengaños y la ingratitud marcarían un nefasto epilogo en mi
vida, jamás habría dedicado mi juventud a proveer a mis allegados íntimos todo
lo necesario, hace tan poco tiempo, observando el ultimo crepúsculo de mi vida,
al lado de las únicas personas que de verdad me quisieron durante mi vida, comprendí
que ya nada me quedaba por hacer, aquella tarde mágica y reveladora fue la más
feliz de toda mi vida, recordé todos y cada uno de los momentos más hermosos de
mi vida, que fueron aquellos en los
cuales tenía ilusiones, cuando era un soñador mas, cuando no pensaba tener
sobre mis espaldas el peso de las intrigas que me rodearon durante mi vida
adulta.
¡Tanto tiempo perdido forjando un
prestigio! años enteros trabajando para educar una familia ejemplar, años
enteros oyendo falsas adulaciones, oyendo falsos aplausos, años enteros
formando un bienestar económico, muchos aduladores que se dicen tus amigos,
para que solo unos pocos días al año pudiera disfrutar de esos minutos viendo
esas puestas de sol en ese apacible rincón de la patria donde naci, allí, al
lado de mi hermano y mi mejor amigo bebiendo las dos cervezas de la tarde… esos
momentos no tienen precio, fue una lástima que ninguna de mis hijas supiera
apreciar aquellos momentos… ni siquiera tu Diana, ni siquiera tú.
Nada deben temer sobre la disposición
final de mis bienes materiales, no habrá sorpresas desagradables porque sus
condenas futuras queridas hijas, querida esposa, serán encadenarse aún más a
esas abominables manías de ostentar cual pavos reales… primero dejo este mundo
y no logre hacerlas entender que las hembras no tienen plumaje tan colorido
como los machos, de nada les sirvió esas costosas universidades a donde fueron
a malgastar fortunas enteras, de nada te sirvió querida y eternamente bien
amada esposa tantos viajes kilométricos por todo el mundo si confundes las
ciudades con los continentes, la geografía no es tu fuerte… ¿Cómo fuiste capaz
de tan abominable villanía? ¡Es un niño grande que apenas estrena cedula!
Siempre estuve allí para ti, no mientas al decir lo contrario, no tengo como
refutar tus baladíes argumentos, te recuerdo que ya estoy muerto.
No temas nada, no voy a volver como
un fantasma para espantarte el sueño, puedes correr a los brazos de tu colegial
si lo deseas.
A mis hijas nada tengo que decirles, que les
vaya muy bien y que jamás cometan la torpeza de su madre… cosa imposible, sueño
utópico, allá ustedes.
Estimadísimo amigo y casi entrañable
hermano del alma; ¿cómo estas Vicente? No te aflijas por mi decisión final,
solo tomé un atajo drástico, para ti lego mis tesoros más preciados, esos
mismos que tanto nos esforzamos por conseguir, tuyos son todos los libros de mi
biblioteca, estoy seguro que les darás el uso más adecuado, sé que estarás cada
atardecer contemplando esa hermosa puesta de sol como no hay otra en el mundo.
Guillermo, mi único hermano de
sangre, mi critico más implacable y justo a la vez, sé que no lloraste en mi
funeral, sé que desde la vieja silla de tu barbería mientras reías por fuera,
tu corazón se hacía pedazos, cuida bien de mi amigo Vicente, ustedes dos son lo
único que tuve en la vida que valió la pena, no te enojes conmigo porque te
lego la casita de las ceibas, acéptala como tributo a mi memoria, cuando veas
el atardecer, tomate una cerveza por mí.
Ahora que estoy más allá de lo
mundano, espero haber legado a conformidad con todos y todas las interesadas,
si no es así, ya me importa un carajo, bastante tuve con las carnicerías
políticas que me tocó en vida soportar en los pasillos del congreso, mientras
ante los medios los abrazos y los besos de judas eran lo usual… ¡Cuánto extraño
mi terruño! Por eso les pido a los dos hermanos del alma que procuren en lo
posible, no dejen morir el terruño, donde tanto tiempo fuimos felices, donde
nos hicimos hombres.
Y donde en contiendas caballerescas
nos disputábamos el primer beso de las hermosas jovencitas de aquellos tiempos,
nos hicimos viejos forjando familias, hijos de provecho… ¡cuánto los envidio a
los dos! Sobre todo en esos momentos en los cuales se reían a mas no poder
junto a sus hijos y esposas, me las saludan y les dan un enorme beso de parte
mía, es todo cuanto tengo que decir como último testimonio y voluntad, en
cuanto a mis sueños con la patria, esos ya tienen como yo, firmada la partida
de defunción, nos veremos más tarde que temprano en el cielo o el infierno,
adiós Diana, adiós amadísimas hijas, adiós hermanos del alma. ¨
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