Fueron tus ojos mi presidio
donde gustoso mi condena
yo pague sin dolor, sin pena
y es que fue tan dulce martirio
que deseo al borde del delirio
volver a sentir como ataduras
tus tibios besos que perduran
en el mas profundo calabozo
donde lleno de todo alborozo
la pasión lentamente madura
Son tus brazos las ataduras
que me aferran a la gloria
y por los cuales perdura
siempre nuestra historia
que entre verdes y maduras
ha triunfado
al dolor ha derrotado
y ahora emerge jubiloso
ya rampante, vigoroso
un amor intenso, apasionado
Será tu aliento muy sereno
mi coraza protectora
para vencer en lo terreno
el mas poderoso veneno
de la envidia destructora
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